lunes, 17 de mayo de 2010

RECORDANDO A ROBERT REHFELDT






Por Clemente Padín





Robert Rehfeldt nació el 5 de enero de 1931 en Stargard, Pomerania, Alemania. Fue uno de los niños que fueron “transplantados” de la ciudad al campo para evitar que fueran alcanzados por la guerra. En 1946, su madre le devuelve a Berlín. Después de ser rechazado como estudiante en Berlin Oriental, se inscribió y estudió en el Colegio de Bellas Artes en Berlín Occidental de 1948 a 1953. Desde 1963 trabajó como artista independiente, diseñador y dibujante de medios de prensa y como artesano en la industria de la construcción. También, formó parte de grupos de arte experimental en la parte Este de la ciudad (controlada por la Unión Soviética) hasta que, por elección, decidió afincarse en esa área de la ciudad cuando la norma era establecerse en Berlín Occidental. Allí fue miembro de la Asociación de Artistas de la RDA y, a comienzos de 1970, entró en contacto con el arte correo, a través del intercambio con artistas de todo el mundo, constituyéndose prontamente en una de las principales figuras del networking.




Así, en poco tiempo, logró construir una extensa y firme red de artistas-correo tanto en la RDA como en el resto de los países controlados por la URSS y firmes lazos con las restantes redes en el mundo, sobre todo Europa y América Latina. Organiza históricas exposiciones de arte correo en las Galerías Arkade y EP- Gallery (1975 y 1979). Posteriormente apoya el Congreso Descentralizado de Arte Correo (1986) a través del cual plantea firmes reivindicaciones a las autoridades culturales de la RDA y, en 1991, exhibe sus obras en el Ephraim-Palais en Berlín. Sorpresivamente fallece el 28 de Setiembre de 1993 en Berlin luego de una cirugía.




Conocí personalmente a Robert Rehfeldt a mediados de Marzo de 1984 en su casa en Berlín Oriental. En aquellos días estaba en Berlín Occidental disfrutando de una beca del D.A.A.D., la Academia de Artes y Letras de Alemania y, desde primer día, quería cruzar el muro pues quería conocer a los artistas del Este con los cuales me sentía muy próximo ideológicamente. Además, previamente, ya había establecido contacto, vía arte correo, con algunos de ellos, sobre todo, Robert Rehfeldt y Guillermo Deisler, artista chileno exiliado en Europa escapando a la dictadura de Pinochet con toda su familia.





Gracias a mi amigo, el artista y antropólogo, Volker Hamman, pude cruzar el Muro y pude conocer a Robert y un grupo de artistas entre los que se cuentan Joseph Huber, Karla Sachse, Wohlrab,Uwe Dressler. Michael Grosschopp, Birgen Jesch, Ruth Wolf Rehfeldt (esposa de Robert), Sal-Gerd Bever, Bogomil Helm, Friedrich Winnes y muchos más. Lamentablemente, en esta visita, apenas si tuve tiempo de intercambiar algunas palabras apresuradas debido al poco tiempo disponible pero pudimos coordinar otra visita más extensa en donde, incluso, intenté cocinar un asado a la criolla, es decir, un costillar de carne de vaca asada al fuego directo de troncos de madera. Lamentablemente no conseguí el corte necesario y terminé cocinando un trozo de pulpa al horno.





Aspectos de mi visita a Berlin del Este en 1984


Después de comer fraternizamos y Robert nos deleitó leyendo un fragmento de la Ur-Sonate de Kurt Schwitters. Cuando su memoria le traicionó fue al interior y volvió con la partitura de la pieza de Schwitters. En esa reunión me entregaron obras de casi todos los artistas vigentes en la RDA y les prometí exponerlas. La muestra se realizaría en la Biblioteca Nacional de Montevideo, Uruguay en Noviembre de 1986.



Robert Rehfeldt era reconocido por su bonhomía y su carisma. Debo decir que, personalmente me impresionó su actitud ética. Era ya un artista reconocido en la Alemania Occidental y se mudó a la RDA por su convicción personal de que el capitalismo era una formación económica ysocialmente obsoleta y no respondía a las necesidades esenciales del ser humano. Para él el socialismo era la única opción. Sin embargo, al percatarse de las limitaciones a las libertades públicas ejercidas en la RDA, no intentó volver atrás en su decisión sino que destinó lo mejor de su esfuerzo a luchar por la reconquista de aquellos derechos. La verdad es que el socialismo real, tal como se practicó, fue un fracaso que culminó con la caída del Muro, la reunificación de Alemania y el fin de la Unión Soviética.




Su temprano fallecimiento le impidió culminar su obra y no pudo participar en los eventos históricos que concitó aquel hecho, incluyendo muestras antológicas de arte correo. De cualquier modo sus ideas y conceptos nos acompañan y nos acompañarán en tanto el espíritu humano prevalezca: jugó su destino de acuerdo con sus ideas. De su máxima Tus ideas ayudan mis ideas, que expresa su convicción acerca de la fraternidad entre los hombres, compuse el concepto Mis obras son las tuyas. Lo mismo vale para la revista cooperativa UNI/vers de Guillermo Deisler, su amigo latinoamericano, exiliado en Hale a pocos kilómetros de Berlín a quien no pudo conocer en virtud de que estaba prohibido desplazarse de una ciudad a otra. Para los artistas en los países de Europa y en América Latina, el arte correo fue una posibilidad de cruzar fronteras sin necesidad de viajar, sin necesidad de visados, pasaportes y controles policíacos. Los artistas alemanes del Este no eran asesinados como en América Latina pero, sí, silenciados, recluidos en sus ciudades y encarcelados por su oposición al régimen. El arte correo era considerado, como algunas otras formas artísticas, una actividad subversiva y reprimida como tal.



Robert Rehfeldt compartió, además, editores y artistas del otro lado de Alemania. Uno de ellos fue el artista y editor Klaus Groh con quien me relacioné 1973. Groh contaba con una pequeña editorial Internacional Artist Cooperation en Oldenburg y se comportó como un gozne en la articulación de las comunicaciones internacionales, tanto de los artistas latinoamericanos subyugados por las dictaduras como por lo artistas que vivían en los países socialistas, con sus humildes pero fundamentales cuadernillos (booklets). En lo personal su ayuda mantuvo vigente nuestra condena a la dictadura uruguaya y la de otros países de la región, sobre todo la denuncia de la terrible situación que estábamos viviendo bajo el régimen de terror de los militares alzados contra la democracia y los pueblos. Así me publicó Instruments74 (1974), Omaggio a Beuys (1975) y Sign(o)Graphics (1976), cuadernillos que evitaron que desapareciera en el olvido. El otro editor no puedo omitir fue el artista Klaus Staeck quien, junto a Groh, fueron los que mantuvieron con vida el arte de nuestros países sometidos por el Plan Cóndor y la CIA. Pero, todo ello fue posible gracias a esa articulación, vía arte correo, que hizo posible Robert Rehfeldt con su infatigable esfuerzo en pro de la libertad.


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